Sólo podemos distinguir a las mujeres en tres categorías: ¡madres de cría, trabajadoras y pin-ups!
Las primeras son las madres, amas de casa dedicadas únicamente al cuidado del hogar y la familia. Estos últimos son los clones feos de los machos sacrificados por la carrera y el dinero. Las terceras, que son las que gustan a los Hombres, ¡son las Mujeres! Se distinguen por el cuidado y el amor que sienten por su feminidad. Tienen las uñas esmaltadas, les encanta la ropa interior, las faldas, los tacones de aguja y poseen un paladar fino, sensible y delicado. No mascan chicle, no tienen tatuajes, no aprecian los chistes vulgares y no animan en un partido de fútbol. Hablan con un tono de voz agradable y seductor, se complacen en ser objeto del deseo masculino y utilizan la feminidad y la sabiduría amatoria para conquistar su espacio de poder y respeto en su relación con los hombres.
Sabemos que las tres almas no son una y la misma, por lo que es posible, aunque raro, encontrar casos de mujeres capaces de hacerlas coexistir en armonía. ¡Recibir el amor de esta síntesis divina es el sueño masculino!
